Si tienes alguna pena o dolor, “A llorar al Valle
“. ...
Así dice el viejo refrán margariteño que
refleja la gran devoción del pueblo, por su patrona La
Virgen del Valle del Espíritu Santo, ve a llorar al Valle
del Espíritu Santo los Milagros, y pídele a la Virgen
que alivie tu pena o tu dolor.
13 /09/2007.
Es este mes de septiembre la Isla de Margarita y todo el oriente
de Venezuela se reúnen para venerar a la querida Virgen
del Valle, por varios días sus devotos acuden a su santuario
ubicado en el Valle de Margarita, durante esos días la
Virgen viste trajes elaborados con telas obsequiadas por los mismos
fieles en agradecimiento por los favores concedidos.
Cuenta
la historia que fue en los inicios de la conquista de los españoles
cuando la Ciudad de Cádiz, en Cubagua, empieza a crecer
rápidamente, debido a la extracción de perlas; entonces
sus pobladores encargaron a España una imagen de María
Inmaculada para que protegiera a la ciudad, esta llega a Cubagua
en el año 1530, y diez años después un huracán
destruye la ciudad y milagrosamente la imagen queda intacta y
fue en aquel momento que los pobladores deciden llevársela
a una hacienda en el Valle de la Isla de Margarita, el 8 de septiembre
de 1541, con el tiempo fue llamada la Virgen Del Valle.
Esta Virgen también es llamada la Virgen de los Marineros,
pues ellos encomiendan sus vidas al momento de zarpar, al igual
que dice la historia también lo fue para los indios en
la época de los colonizadores que se encomendaban a ella
para soportar los abusos de los españoles, pero lo importante
es que hoy día esa hacienda a la que fue llevada, es La
Iglesia de La Virgen del Valle, y allí se pueden escuchar
miles de historias de todos los milagros concebidos por ella al
pueblo margariteño, siendo una de las destacadas la de
aquel pescador llamado Domingo, que un día pescando un
manta raya le enterró la púa, y los médicos
para salvarle la vida proponían amputarle la pierna, pero
su esposa le pidió con fervor a la virgen que lo salvara,
y milagrosamente Domingo vivió, y al regresar al mar prometió
que la primera perla sería para la Virgen, tomo la primera
almeja que consiguió, y al abrirla sorpresivamente se encontró
con una perla que silueteaba su pierna y hasta su cicatriz, así
que tiene alguna duda esta historia pase por el museo del santuario
y si tiene alguna pena o dolor “ve a llorar al Valle”, y quizás
su historia termine milagrosamente.
Lic. María
E. Galbán.
Email:maugalban@tuplaya.com